Me resulta raro hablar del día de… simplemente por el hecho de que tengo sentimientos encontrados con respecto a este día. Me surgen preguntas como: ¿A quiénes abarca? ¿A las personas cuyo género es femenino por nacimiento? ¿A las personas que sin haber nacido así se sienten mujeres?
Mis grandes maestros, es decir, mis hijos, dicen que hoy se habla de sexo fluído (fluctuante para las que son de mi generación), entonces, en un mundo que es cada vez más inclusivo ¿por qué seguimos hablando de hombre y mujer en lugar de hablar de “seres humanos”? ¿Por qué no hay un día del “ser humano” en el que estén incluidos todos los que han sufrido dolores, heridas, desgarros, injusticias por el color de su piel, su religión o su postura política?
Reivindico el rol de la mujer en la historia y en la sociedad, aunque no siempre haya sido desempeñado por una “mujer” porque hoy tampoco hablamos de padre y madre, sino de roles que se han ido entretejiendo, complementando, y en donde un “hombre” puede maternizar tanto como una “mujer”. Obviamente celebro ser “mujer”, sentirme “mujer”, trabajar con “mujeres” y además uso el término “mujer” porque entiendo hacia donde apunta el día de la mujer, pero quería compartirte lo que se cruza por mi cabeza cada vez que tengo que escribir al respecto. En mi trabajo tengo la dicha de trabajar también con personas que, sin haber nacido como mujeres, nutren, sostienen y maternizan más que cualquiera de “nosotras”. Entonces, dejemos por un momento el “nosotras” y “ellos” y abracemos a la humanidad.
Hecha esta aclaración, te pido que de ahora en más cuando me leas sepas que cada vez que diga “mujer” hago referencia a cualquier ser humano que desempeñe ese rol tanto en la sociedad como en la familia. Este mes te quiero traer algo que te inspire y te haga creer en los imposibles, algo que te demuestre que nada ni nadie puede frenar a una “mujer” que sabe lo que quiere. Todas las semanas te voy a acercar historias reales de mujeres anónimas, esas que van sentadas al lado tuyo en el bondi, y que desde el lugar en el que están han logrado tocar almas, mover montañas y atravesar mares con el fin de lograr lo que se propusieron y motivar a otras a que se animen también. Mujeres a las que nada las venció y que si bien cayeron mil veces, se levantaron mil una. Ojalá lo disfrutes tanto como lo hice yo al recoger cada uno de estos testimonios.
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